Por desgracia, cada vez son más los robos en viviendas. Por suerte, los robos, en su mayoría, se suceden en ausencia de los residentes. Por este motivo, cada vez cobra más importancia la cobertura de robo dentro del seguro del hogar.
Después del susto de ver removida tu casa y de llamar a la policía para levantar acta, empieza el “trabajo” de detección sobre aquellos bienes sustraídos y los desperfectos que hayan podido cometer. Es muy importante detallar a la aseguradora todos los elementos, uno por uno, y valorarlos con el importe real que nos costó. Por otra parte, es obligación del asegurado presentar las pruebas necesarias de la existencia y valor de cada uno de los objetos robados.
Otro de los puntos que debemos tener muy en cuenta a priori, antes de contratar el seguro, es valorar adecuadamente todos los elementos que tenemos dentro de nuestra casa. En muchas ocasiones, tendemos a tirar a la baja la valoración para ahorrarnos unos pocos euros que después se dan en nuestra contra cuando vemos que la cantidad asegurada está por debajo de los productos robados.
Otra prevención que debemos tener, además de guardar las facturas siempre que podamos, es fotografiar todas nuestras pertenencias dentro de su propio contexto.
Esta relación valorada de los objetos robados y los desperfectos ocasionados deberán aparecer en la denuncia que pongamos a la policía.
Otro punto que lleva a confusión es la diferencia entre robo y hurto. Mientras el primero conlleva implícito cierto grave de violencia física o material, el segundo se produce sin daños. Normalmente, el hurto no está cubierto por los seguros del hogar estándares, si queremos su inclusión, deberemos manifestarlo a nuestro corredor de seguros.
Todos estos puntos serán necesarios para reparar los efectos del robo, pero siempre tendrás la posibilidad de llamar a tu corredor de seguros para que te oriente para ejecutar todos los pasos correctamente y que no tengas ningún problema para cobrar de la compañía de seguros.