Muchas de las personas que tienen una segunda residencia, ya sea en la playa o la montaña, no son conscientes de la importancia de contratar un buen seguro personalizado para evitar problemas. Debemos ser muy conscientes del uso que realizamos a esta vivienda y cuáles son las coberturas necesarias, cuáles no y también aquellas que ya tenemos cubiertas.
Evidentemente, hay coberturas que son básicas y deben estar contratadas sí o sí, por ejemplo: robo, incendios, daños por agua o eléctricos, daños por efectos climatológicos y, por supuesto, responsabilidad civil que hará frente al pago de posibles indemnizaciones de daños y perjuicios ocasionados a terceras personas o vecinos. A partir de aquí, podemos ir añadiendo coberturas según nuestras necesidades.
Además, una segunda vivienda pasa mucho tiempo sin habitar, es decir, un siniestro que en nuestra vivienda habitual atajaríamos rápidamente, en este caso puede conllevar males mayores en nuestra propia casa o en la de los vecinos.
Cada cobertura debe tratarse según las necesidades de ubicación o climatológicas de cada lugar. Por ejemplo, si tenemos una casa en la montaña aislada de núcleos urbanos, puede que tengamos más posibilidades de recibir un robo y la ausencia de personas durante tantos días al año un reclamo para los ladrones.
Otra recomendación que os damos desde Cosmobrok, es leer los seguros ya contratados, tanto el de la comunidad, si lo hubiera, o el de continente ya contratado. Con una buena lectura o un asesoramiento de nuestros profesionales, seguro os podréis ahorrar coberturas y dinero en la prima.
No todas las casas necesitan seguros con las mismas coberturas, por este motivo estudiamos cada póliza y la personalizamos según las necesidades de cada uno de nuestros clientes. No es lo mismo una casa en la playa que una casita aislada en la montaña o un piso en el centro de una gran ciudad.